A los pocos meses de que en la Asamblea Nacional francesa –durante el período de su segunda república (1848 - 1851) - fuesen reivindicados nuevos derechos para la emancipación de la mujer y en pleno gabinete isabelino ultramoderado presidido por Juan Bravo Murillo, aparece Ellas, que, subtitulada “órgano oficial del sexo femenino”, va a iniciar una visión del periodismo femenino desconocido hasta entonces en España, por su tono avanzado, reivindicativo y liberal radical, que lamentará el yugo en el que el hombre tiene sometida a la mujer. En su primer número, de uno de septiembre de 1851, Alicia Pérez de Gascuña, que firma como editora de la publicación, escribe: “La Europa entera se ha estremecido al solo preludio de nuestra cruzada femenina; todos los países han escuchado atónitos el grito de regeneración dado por nosotras, y el prospecto de Ellas ha producido una confusión general, siendo un enigma que nadie alcanza a comprender ni a descifrar”. Efectivamente, dicho prospecto, que había acabado con el grito “!Abajo la soberanía cruel del hombre!”, encontró una airada respuesta en los otros periódicos –los “masculinos” - , y como muestra, el desprecio en Las novedades del 25 de agosto: “Más ganaríais, escritorcillas, en sellar vuestra boca y no pronunciar ridiculeces tantas”. Será precisamente el papel de escritoras que reivindican las mujeres uno de los pilares de la nueva publicación, que considerará la instrucción de la mujer como sinónimo de emancipación, a la vez que criticará la educación que hasta entonces se les había dirigido, de tal forma que la publicación quiere ser un ejemplo de alejamiento del modelo de prensa femenina hasta entonces, el de “modas y salones”. En su redacción se van a dar cita Emilia Pallarés, Vicenta García Miranda, Amalia Fenollosa, Robustiana Armiño de Cuesta, Dolores Cabrera y Heredia, Ángela Grassi y Tecchi, Carolina Coronado, Emilia Tamarit, Salomé Abellá, Vicenta García Miranda, Luisa Núñez, Matilde López, Venancia López Villabrille, Josefa Maestre, Juana María Díaz, María Belianis, Paz de Vera, Manuela Morán, Pilar Rayán, entre otras, así como con el seudónimo La Huérfana Numantina o La Alavesa. Que estarán acompañadas por colaboradores masculinos, entre los que se encuentran Juan Martínez Villergas, Teodoro Guerrero o Eugenio Olavarría. Sus dos primeras entregas son quincenales, de ocho páginas, a las que añade un cuadernillo de poemas de otras ocho. A partir de su número 3 se hace semanal y modifica el subtítulo a: “gaceta del bello sexo”, a la vez que tendrá fija una “revista de modas” y empezará a repartir los consabidos figurines, lo que refleja el cambio que empieza a experimentar la publicación, aunque seguirá publicando artículos de fondo de corte feminista, muchos de ellos dedicados a la instrucción y educación. También publicará una revista de teatros y una sección de literatura, con textos en prosa y en verso. La colección de la Biblioteca Nacional de España acaba en el número 7, correspondiente al ocho de noviembre de 1851. La bibliografía de referencia indica que exactamente dos meses después cambia a: Gaceta del bello sexo: revista de literatura, educación, novedades, teatros y modas; a partir del 30 de enero de 1852 cambia de nuevo a: Álbum de señoritas: periódico de literatura, música, teatros y modas; y el ocho de enero de 1853 a: Álbum de señoritas y correo de modas, fruto de la fusión con El correo de la moda, que había sido fundado el uno de noviembre de 1851.