Lleva el subtítulo de “colección de artículos breves y sencillos sobre moral, higiene, historia sagrada y profana, economía, ciencias naturales y otros conocimientos útiles”, que resume los contenidos de esta publicación quincenal, que aparecerá los días uno y 15 de cada mes, desde el uno de julio de 1858. Salía de la Imprenta de Tejado, a cargo entonces de Francisco Robles, que también es su editor responsable. Al final de cada cuaderno, en un formato en octavo y de ocho páginas, compuestas a una sola columna y con foliación continuada, suele aparecer el nombre de José de Castro, firmando “por todos los artículos”. En su primera entrega expresa que el precio de cada ejemplar es “sumamente barato” y que “muchos pobres lo recibirán gratis”. Entre otros, el precio de la suscripción por trimestre era de cinco reales en Madrid y seis, en provincias. Su objeto es ofrecer buenos consejos, palabras de consuelo, noticias de acciones honradas o cuentecillos que entretengan y enseñen, a través de breves textos de divulgación o narrativos, o la inserción de poemas y máximas, muchos de ellos de carácter piadoso o doctrinal y de naturaleza religiosa. Algunos textos están reproducidos de la Biblioteca manual del cristiano, que editaba el propio impresor Tejado. Así, mezcla textos con epígrafes sobre la existencia de Dios, la caridad del pobre, los rasgos de piedad filial, la confesión, los remedios a los ahogados, el labrador feliz, la batalla de Lepanto, origen del rosario, santa Teresa de Jesús, la patrona de España, o inscripciones en las pilastras que decoran la entrada del cementerio de la Sacramental de San Luis y San Ginés en Madrid, que, a pesar del título, es una composición poética. La colección de este título en la Biblioteca Nacional de España abarca sólo su primer tomo (de 80 páginas), con la docena de números que publicó hasta el 15 de diciembre de ese mismo año 1858, que, al final, lleva un índice. Se conocen de este título hasta siete tomos, correspondiendo el último al año 1864, cuando aparecía “con licencia de la autoridad eclesiástica”, con ilustraciones y estando la imprenta a cargo de Rafael Ludeña desde 1859.