El volcán Chaitén hizo erupción luego de permanecer nueve mil años dormido, y es a partir de este acontecimiento que la ciudad de Chaitén dio un vuelco en 180 grados, desalojando el poblado y dejando atrás sueños e ilusiones que hoy son atesorados en el recuerdo de cada chaitenino.Tras la decisión gubernamental del traslado de la ciudad de Chaitén hacia un nuevo sector; la tragedia, que trajo consigo la erupción volcánica, hoy se convierte en una gran posibilidad de resurgimiento para la provincia, donde se debe pensar no solo en lo que se quiere sino en lo que fue, reconocer el ADN de Chaitén para crear un nuevo y mejorado asentamiento donde se rescate lo mejor de la antigua ciudad y se agreguen nuevos componentes que potencien el desarrollo de toda la provincia. De este modo, Chaitén puede convertirse en la puerta de entrada más atractiva a la Patagonia, un lugar único, de bajo o cero impacto, fundada en una economía diversificada que permita activar las potencialidades y recursos necesarios para el desarrollo de la provincia de Palena.En ese sentido, desde el sector de la arquitectura creo que también se puede aportar con un granito de arena; al pensar la disciplina como un pie para resolver problemas, que no sólo terminan en la materialización “construible” de las ideas, sino que es capaz de suturar la historia, de juntar heridas, de marcar épocas, de reconstruir sobre lo que se ha caído, pero por sobre todo, de ser pilar de una sucesión de acontecimientos sociales que nos identifica y nos otorga la identidad de cada pueblo. Para eso son nuestras ideas arquitectónicas, para trascender… Básicamente, la idea del proyecto es poder desarrollar un edificio que albergue distintos usos, necesarios para el desarrollo de la actividad ciudadana y que genere un entorno protegido de las inclemencias climáticas a los usuarios, será este polo el punto de partida del levantamiento de la ciudad de Chaitén.