En primer lugar quisiera referirme a la decisión de escribir para este dúo de saxofones. Desde un comienzo rondaba en mi cabeza la idea de componer para mi tesis algo que reuniera los dos mundos musicales en los cuales me siento fuertemente comprometido: la composición y el jazz. Estos mundos, que siento bastante conectados entre si, tanto a nivel de intérpretes como a nivel de contenidos musicales, hacen que la pieza tenga una búsqueda sonora que en cierta forma identifica mi relación cotidiana como guitarrista con el jazz. A mi parecer ambas áreas, la composición y la improvisación, se alimentan una a la otra, esto lo he podido constatar en el proceso mismo de la composición en donde muchas veces se hace necesario improvisar, sea en el instrumento o en el papel, para descubrir la materia musical que queremos llevar a cabo.Por otro lado, es importante mencionar que estos dos mundos son bastante amplios en sí mismos, ya que en cada uno podemos encontrar un basto terreno en donde desarrollar un lenguaje y por ende una vida musical. La elección de escribir para saxo tenor y barítono es también una decisión de color. Escogí esta sonoridad en donde podía encontrar ámbitos variados dentro de un registro grave y con cierto tono oscuro. A partir de esta idea nace el nombre de la pieza: “Grisácea”, aludiendo al resultado de un color cercano a lo gris. El gris , como sabemos, nace de la mezcla del blanco y negro, contraste que intento plasmar en la pieza por medio de la utilización de materiales opuestos entre si. Entonces mi relación auditiva con el saxofón en parte estaba resuelta, influenciada bastante por el mundo del jazz en cuanto a los recursos y gestualidades que utilizo.