Para comenzar nuestra memoria, es necesario tener en cuenta los antecedentes históricos que llevaron a la formación de las Naciones Unidas, conformándose como un organismo multilateral cuyos principios básicos son el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, para evitar que las posibles controversias entre naciones se resuelvan a través de la guerra o el uso de la fuerza, la cual debe ser considerada el último recurso a emplear.Se presentará un marco teórico en el cual pueda ser configurada la noción utilizando la dicotomía jus ad bellum–jus in bello, concentrándonos principalmente en la exposición del jus ad bellum o legitimación de la agresión. Se expone en primer lugar, la distinción dentro del marco de la teoría clásica de la guerra justa, de inspiración escolástica. Ella es sistematizada y complementada con criterios modernos y se presenta su recepción en ámbitos distintos al de la actividad beligerante internacional. La teoría clásica o modelo legalista resultante es corregido con criterios acordes a los modos de manifestarse la agresión en el transcurso del siglo xx. En ese sentido, se intenta vislumbrar una reevaluación de la teoría clásica con miras a su adecuación a la realidad más reciente.A continuación de la parte teórica, se analiza el sistema internacional de las Naciones Unidas con referencia al uso de la fuerza, en particular la interpretación, a veces discutida, de la normativa que determina los presupuestos legitimantes del uso de la fuerza en el plano internacional, centrándose el análisis en las interpretaciones posibles de su capítulo vii y en especial del art. 51. Asimismo, se busca delimitar el rol de las Naciones Unidas al interior de un sistema de estados y naciones.Avanzando en nuestra memoria, analizaremos un concepto de guerra preventiva, con el fin de determinar sus posibles alcances, que no son pocos bajo el contexto internacional que hoy vivimos, determinando que tiene características propias que la diferencian de las guerras convencionales que hasta ahora conocíamos, por cuanto se lleva a cabo, sin necesidad de una agresión ilegítima por parte del enemigo, el cual es ahora un enemigo global, sin una clara definición, pero con un gran poder destructivo, como es el terrorismo.Creemos que este nuevo tipo de guerra, no puede desarrollarse sin un marco legal adecuado, lo que debe ser determinado por el órgano multilateral por excelencia que es la ONU, el cual debe determinar cuando se configura una agresión que permita usar este tipo de fuerza. Es por ello que en nuestra memoria queremos abordar el papel de las Naciones Unidas en la conformación de nueva formas de legítima defensa preventiva, y por esto analizaremos lo que debe ser la interpretación del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que para muchos justificaría esta forma de guerra, así como también determinar los requisitos que deben ser cumplidos para legitimar este tipo de intervenciones.Hemos destinado parte de esta memoria a explicar el fenómeno del terrorismo, las dificultades de encontrar un concepto que sea capaz de incluir las diferentes formas que reviste el terrorismo en la actualidad, junto con señalar la importancia que tiene la adopción de un concepto del terrorismo por parte de la comunidad internacional. Es relevante en este punto, que será profundizado en el desarrollo de la memoria, que el ataque terrorista producido el 11 de septiembre del 2001 marcó un hito que producirá importantes cambios en la materia. Junto con revitalizar la función de las Naciones Unidas, que intentarán superar la crisis que sufre la organización.También se da a conocer un análisis del caso ocurrido en el año 2003, consistente en la decisión Norteamérica de invadir Irak, para demostrar las consecuencias en los diferentes ámbitos que produce la aceptación de la guerra preventiva, como recurso que tiene por objeto evitar que se produzcan daños mayores. Demostrando que otro tipo de intervenciones tal vez, nos puedan conducir a mejores resultados, que los que han sido recogidos después de dos años de producidos la invasión.Sobra decir que esta memoria está realizada dentro del marco de propuestas de reforma a la Carta de las Naciones Unidas. Si bien, dicho organismo no goza de imperio absoluto sobre las naciones del globo, sus decisiones ciertamente impregnan el ámbito político internacional y en esa medida no puede perderse de vista la relevancia de fortalecer los principios democráticos a su interior.